Primer disco de este grupo canadiense de punk-rock más bien popero (por la senda de Blink 182,
Mest y
Good Charlotte , pero más comercial si cabe).
Es posible que cualquiera de vosotros haya escuchado algún single de
Simple Plan en la radio, ya que lo que realmente ha catapultado a la fama a este quinteto ha sido la campaña publicitaria que han hecho de ellos tanto su discográfica, la todopoderosa multinacional Warner, como la famosa cadena de televisión MTV.
Pero en lo que realmente importa, la música, el grupo no inventa nada nuevo. Se trata de un grupo de punk-rock juvenil, desenfadado, como muchos otros casi desconocidos, pero que ha sabido aprovechar y explotar su imagen. Aunque no todo es fachada, ya que caben destacar algunos temas en el álbum, como el primero, “I’d Do Anything” posiblemente su mejor corte, con fuerza y un ritmo pegadizo, y con la aparición tan estelar como corta de Mark Hoppus, integrante de Blink 182. Otro de sus puntos fuertes es la última canción del disco, “Perfect”, que mezcla la emotividad con la potencia eléctrica de las guitarras, y “I’m Just A Kid”, otra de las canciones más tarareadas por todo el mundo, con un estilo menos punkero y más comercial, aunque no por ello peor.
Por lo demás, un disco con buen ritmo pero sin un estilo característico ni una personalidad formada aún. Canciones pegadizas pero muy parecidas entre ellas. La experiencia y el tiempo determinarán el rumbo de este grupo.