Gogol Bordello sorprendieron con ‘Gypsy Punks: Underdog World Strike’, su primer disco, que resultó ser una ofensiva mundial para conquistar el mundo expandiendo su peculiar estilo, mezcla de punkrock, folk zíngaro y tarantela italiana. Algunos siguen manteniendo que es su mejor disco, pese a que ‘Super Taranta!’ gustó más a un gran sector de la crítica y de los fans. Pues bien,
Gogol Bordello contraatacan con ‘Trans-Continental Hustler’, un trabajo ligeramnente diferente, que, además, supone su debut en un sello grande.
Eugene Hutz, principal compositor del grupo, confiesa que Rick Rubin, productor del disco (que ha trabajado con bandas como
U2 ,
Metallica o
Weezer ), le recomendó centrarse en la composición de las canciones, en lugar de pensar en trasladarlas al directo aún cuando se están gestando en el estudio. Y la verdad es que sí, ha surtido efecto, las canciones se perciben más elaboradas, como ‘When Universes Collide’, aunque siguen habiendo pepinazos directos como ‘Pala Tute’. La cuestión es que, si éste disco, por salir en una multinacional, pretende ser el asalto al mainstream, no se han amedrentado en absoluto y siguen dando la misma leña que dieron en su primer disco. Lo cual, además de sorprendente, es admirable. Y lo mejor es que el productor, más que influir en el disco, ha sido un consejero, o esa es mi sensación, porque
Gogol Bordello siguen sonando a
Gogol Bordello. Ni más ni menos. Y en el LP encontramos canciones destacables como "My Companjera", "Rebellious Love" (que es carne de single), y la mencionada "When Universes Collide” una atípica balada, pero de lo mejorcito que han escrito hasta hoy.
No puedo dejar de lado la mención a las letras. El señor Hutz es un maestro en esto, y a poco que les prestes atención te darás cuenta de lo que digo. Además, el mismo Eugene es un auténtico especialista en integrar las más variopintas influencias. De este modo, además de la esencia gitana y punk, encontramos posos brasileños, fruto de su estancia en Brasil. Nada exagerado, todo integrado a modo de sutilísimos detalles que no hacen más que enriquecer el conjunto. Misión cumplida, ¿no? S`i, al menos si el objetivo es hacer disfrutar al oyente.