He de admitir que nunca estuve demasiado enganchado a
Rufio, pero no por nada, sino por... no sé, esas cosas que pasan. Aunque siempre me parecieron, no obstante, una gran banda con una gran técnica y un más que obvio talento como músicos, pero ha sido precisamente la técnica de sus comienzos la que me distrajo de escuchar en profundidad sus discos, tal vez movido por mi actitud talibán anivirtuosismo. Craso error por mi parte. Por fortuna no somos como los ríos y podemos volver sobre nuestros pasos, máxime cuando se aproxima un lanzamiento nuevo y se tiene el tiempo de rebuscar entre los discos anteriores de un grupo determinado. Este ha sido el caso, para mí, de Rufio.
Llevaban 3 años en parón indefinido y, salvo por un EP publicado este mismo año, 5 años sin sacar material nuevo. Con este precedente podían ocurrir dos cosas: o que lo que sacasen fuese la leche en verso, o que fuese un derrape considerable. Afortunadamente para nosotros,
Rufio ha sacado un muy buen disco de punkpop en la mejor época del año para hacerlo. Y para sintetizar un poco la impresión que nos ha causado, debemos decir que se han decelerado un poco en pro de la elaboración de las canciones, las cuales exhiben unas melodías realmente buenas y que guardan ese sello de calidad de la banda, colocando los detalles técnicos en los momentos más adecuados, aportando creatividad, ‘feel’ y expresividad. Escucha, si no, Little World, Anybody Out There, Gold and Silver o Drunk In Love y podrás comprobar, además, el marcado toque melancólico que han dado a sus nuevas canciones. Así pues, con ‘Anybody Out There’ es como si
Rufio hubiesen inventado la máquina del tiempo que, de algún modo, te transporta de nuevo a 2001, cuando el punkpop más mainstream y bien hecho estaba en pleno apogeo, ya que el disco, salvo por la última canción, que es una balada, mantiene cierto espíritu optimista y animado de melodías brillantes.
En definitiva, el LP contiene todo aquello que esperarías de un buen grupo de punkpop (son
Rufio, qué demonios), y es de agradecer si, como decíamos, tenemos en cuenta lo que supone un parón de 3 años para una banda como ésta. Así, cuenta con una buena dosis de optimismo, energía, (muy) buenas melodías y letras sencillas pero con significado, plasmando todo ello en un buen puñado de canciones. Además, Anybody Out There refleja perfectamente la maduración de un grupo que ha pasado incluso por un par de cambios en su formación y que ronda ya la treintena de edad. Debes escucharlo, es probable que aparezca en las listas de final de año.