Casi puedo imaginar la cara que pondrían algunos al escuchar por primera vez las notas que abren este disco y que forman parte del riff de introducción de ‘Grab The Devil By The Horns And Fuck Him In The Ass’, el primer corte de ‘Half Hour Of Power’, primer trabajo de los canadienses
Sum 41. Y es que a través de ese comienzo, bien podríamos llegar a pensar que son una banda de influencias del heavy metal ochentero y que nada tienen que ver con el punkpop, pero ah, como nos engañaron… Bueno, en cierto modo esa es una de sus múltiples influencias en sus discos, que a lo largo de los años han ido mostrando en sus temas, y de entre las que destacan, además del heavy metal, el metal, el punk y el punkpop, sin olvidar algún escueto guiño a rimas de toque hip-hopero, aunque ellos siempre se hayan considerado una banda de rock.
Pero, ¿qué es ‘Half Hour Of Power’? ¿Es acaso, como en el caso de los primeros discos de otras bandas, el mejor de su discografía? Bueno, no precisamente, sino que es exactamente eso, media hora de energía, pero empaquetada en una curiosa mezcla de canciones que derivan en una inconsistencia de estilo importante, pero aunque sólo sea por la enorme cantidad de nostalgia e inocencia que guarda, así como algunas de las canciones que encierra (totalmente míticas), sí que es para tenerlo en cuenta. Por ejemplo, contamos, entre otras, con canciones como la brillante ‘Makes No Difference’, una primera versión de ‘Summer’, que aparecería de nuevo regrabada en ‘All Killer No Filler’ o esa especie de batiburrillo que es ‘Dave’s Possessed Hair/It’s What We Are
All About’, cuya segunda parte rescatarían años más tarde para ser regrabada e incluida en la banda sonora de la película Spiderman, sin dejar de lado el resto del disco, incluidos ramalazos heavys que como en el caso de ‘Ride
The Chariot To The Devil’, dicho sea de paso, ejecutan la mar de bien. Así que bien podríamos decir, y mirando en perspectiva, que éste ‘Half Hour Of Power’ es, sin duda, el pilar que asentaría las bases para definir el sonido futuro del grupo, y mucho más el sonido de su segundo LP, bases que han permanecido intactas hasta la fecha, aunque con la inclusión de otras influencias, por supuesto.
En total disponemos de 11 canciones que sirvieron en su día de carta de presentación del grupo, una carta de presentación que toca varios estilos que, posteriormente, se preocuparían por desarrollar más extensamente en cada uno de sus LPs, orientándolos más o menos en una dirección en función del disco. Sin dudarlo, un álbum a tener en cuenta y que todo seguidor del grupo debe escuchar para entender mejor a Sum 41.