Es injusto que la gente no cese de comparar a
Veara con
A Day To Remember, pero no porque estos últimos personalmente me gusten o me dejen de gustar, sino porque se parecen más bien en poco (mientras unos tienen casi el 100% de su sonido basado en el punkpop, los otros tienen un 50% de punkopp y otro 50% de hardcore). Y si se pareciesen a ADTR, se parecerían también a toda la horda de nuevos grupos de easycore que pululan en la escena, y no creo que sea el caso. Pero yo iría más allá, son tan punkpoperos, que sería mucho más acertado compararlos con los
Better Luck Next Time del ‘Third Times A Charm’, con
This Time Next Year o incluso si me apuras, con los
New Found Glory más enérgicos. Y a los hechos me remito, escucha este disco.
Lo cierto es que este ‘What We Left Behind’, su disco debut, ha sido producido, precisamente, por Jeremy McKinnon, vocalista de
A Day To Remember (de ahí la gran conexión, imagino), quien sin ningún tipo de duda, ha hecho un trabajo excelente (repito: excelente) en su contribución a la consecución del sonido del disco. ¿Y cómo suena, precisamente, este LP? Pues de maravilla, y no en términos de calidad de sonido (que también, aunque un tanto plano en la producción, sin estridencias)… no, no, no, sino que hablamos de la calidad de las composiciones, que en comparación a su material anterior ha dado un gran salto. Es cierto que no nos descubren América a estas alturas de la película, al menos en cuanto al tipo de género se refiere, pero, en mi opinión, han sabido coger todo lo bueno de los grupos más recientes de punkpop y easycore para, con su propia interpretación, dar forma a 31 minutos de punkpop enérgico que bien podrían ser la banda sonora de tu verano, como a buen seguro lo habrá sido de muchos. Sirvan como ejemplo ‘We Have A Body Count’, ‘My B-Side Life’, ‘Waste My Time’ o ‘Getting Kicked in the Face Has Never Been So Much Fun’, un excelente cierre de disco.
Así que, avisado estás, vas a encontrarte con todos los clichés propios de la fórmula y del género: guitarras potentes, melodías y armonías por doquier, y ritmos enérgicos bien empaquetados en apenas media hora de música. Yo no lo dudaría ni un segundo y les daría ya una oportunidad, ojala servidor lo hubiese hecho antes, este disco hubiera sido un excelente hilo musical para las tardes en la playa. Y puede que sea de lo mejor que haya dado 2010 en cuanto a punkpop se refiere. De hecho, que Epitaph se haya fijado en ellos no es nada despreciable. ¿El único riesgo? Que puede sonarte repetitivo con relativa facilidad.