Los valencianos Uzzhuaïa no son nada novatos en esto del rock. Su trayectoria se extiende ya desde 2003, cuando publicaron ‘Diablo Blvd.’, disco con el que sorprendieron a mucha gente, pese a que no fue hasta 2008, y gracias a ‘Destino Perdición’, cuando lograron captar algunas miradas más y calar entre un público más amplio. Así, éste ’13 Veces Por Minuto’ es su cuarto disco de estudio, publicado por el sello ‘Maldito Records’ y que viene a confirmar lo que hacen y a reafirmarse en su intención, por muy complicadas que estén las cosas en general, y en particular para el mundo de la música en nuestro país.

De este modo, Uzzhuaïa continúan en sus trece. Su sonido siempre se ha caracterizado por el elemento guitarrero, de influencias directas del hard rock americano, muy en la onda de sus compañeros catalanes Bad Way o Bottleduck, pero en un registro ligeramente distinto, con ecos, incluso, al rock americano que en ocasiones recuerda a bandas de rock del estilo de los Foo Fighters , aunque incluyendo ecos lejanos a los Motörhead más tranquilos, salvando las distancias y entendiéndose bien la comparación, o incluso Alice In Chains. Y es así, sin lugar a dudas. Donde mejor se desenvuelven es precisamente en ese tipo de sonido, en el rock que recuerda a las bandas de imagen motera y chupas de cuero, si se me permite el estereotipo. Porque aunque el disco incluye algún medio tiempo como ‘Magnífico Fracasado’ o ‘Antes De La Tempestad’, que pretende mostrar un lado más tranquilo, donde de verdad dan en el clavo es en canciones como ’13 Veces Por Minuto’, ‘No Quiero Verte Caer’, la oscura ‘Angeles Malditos’, ‘Antes Del Amanecer’ o la vacilona ‘Durango’, que nos trae ecos que pasan por el surf y el hot rod ya desde su riff inicial, hasta dejar caer el lejano aire ramone del estribillo. Finalmente, cierra el disco ‘Desierto’, una balada semiacústica que hace bastantes aguas (y más en comparación al resto del álbum), o mejor dicho: que no pega nada con el resto del disco, totalmente prescindible en un conjunto que suena bastante sólido, aunque no demasiado agresivo, y al que lo que menos falta le hace es desinflarlo en algunos medios tiempos.

Pese a todo, y como digo, el conjunto resulta bastante sólido, con unas cuantas canciones que funcionan muy bien y que demuestran que el rock en España (y en español) está más vivo que nunca. Lo mejor de todo es que, pese a todas las influencias que hemos citado, Uzzhuaïa poseen ese poso personal que les otorga una identidad propia y que les hace sonar frescos. Así, y como curiosidad, éste LP, y salvo por la masterización que se llevó a cabo en Finlandia, es un claro ejemplo de producto autóctono: temas compuestos por músicos de la tierra y grabado en La Eliana (Valencia) en el estudio de Carlos Goñi (donde grabasen NoWayOut su Bipolar) durante el mes de abril de 2010. Que cunda el ejemplo.