Francamente, estar en la piel de Glenn Danzig debe resultar terriblemente extraño (por no decir triste) al ver cómo un sucedáneo de aquel que un día fue tu grupo se dedica a seguir apaleando tu legado y a componer mediocridades 12 años después de la última intentona. Está claro que todas las bandas evolucionan a lo largo del tiempo, pero hay unos límites que no deberían sobrepasarse nunca. Éste es el caso de Misfits. Si ya sufrieron un primer revés de sus fans cuando Glenn Danzig abandonó la banda para dar paso a Michael Graves, con quien vio la luz “American Psycho”, y mucho más cuando éste dijo adiós al grupo, imagínate en lo que puede haberse convertido The Misfits a día de hoy: en una especie de capricho mantenido casi únicamente por Jerry Only, a quien no le tiembla el pulso a la hora de cambiar de músicos para seguir arrastrando el cadáver de un grupo que hizo desbandada hace ya unos cuantos años, llegando al extremo de llevar a juicio al propio Danzig por la disputa del nombre original de la banda.

Y que no se me malinterprete, porque lo ‘peor’ de todo es que Only podría ser mucho más respetado (y su trabajo más valorado) si tal vez hubiese tenido la decencia de dejar a los Misfits en paz tal y como estaban, en lugar de reconvertirlos en un trío de miembros cambiantes; o tal vez los fans no le criticasen tanto si hubiera fundado una nueva banda con la que realizar lo que ahora está realizando, en lugar de seguir desgastando el nombre del grupo que en su día compartió con Danzig. Lo que quiero decir con esto es que, pese a todo, existen cosas rescatables en este nuevo disco de The Misfits , titulado “The Devil’s Rain”, pero que desde luego, no sé si deberían asociarse a la misma banda que parió una obra maestra del horrorpunk como lo fue “Walk Among Us”, porque ambos conceptos están bastante alejados. Así, por ejemplo, tenemos canciones como “The Devil’s Rain”, la ramonera “Cold In Hell” (que recuerda al rock de los 50 en una versión punkrockera), “Twilight Of The Dead”, “Father” (una de las mejores) o “Monkey’s Paw”, que pueden rescatarse sin problemas y que suenan sorprendentemente bien, en parte gracias a una producción que, pese a no reparar en gastos, se muestra bastante austera, centrada y concreta.

Así, el álbum ofrece un total de 16 cortes (llega a hacerse largo), de temática horror-punk basada, como no podría ser de otra forma, en las películas de terror de serie B, de entre los cuales podría hacerse una interesante criba para llegar a prescindir de alguno ubicado a modo de relleno, cosa que nos lleva a pensar que en lugar de ofrecer cantidad (parece que han querido compensar los 12 años de espera), Jerry y compañía podrían haberse centrado en ofrecer más calidad porque, como comentaba antes, hay atisbos de que pese a todo existen buenas ideas, que podrían haberse desarrollado mejor o, al menos, no de forma tan vaga, como ha ocurrido por ejemplo con “Dark Shadows” (que llega a sonar a The Offspring en algunos momentos) o “Curse of the Mummy’s Hand”, temas que acaban diluyéndose sin remedio por falta de ganas, concreción e intención.

En favor de Jerry Only y sus Misfits, debo decir que éste puede que sea el mejor de los discos que ha visto la luz bajo su ‘reinado’, aunque sigue a años luz de lo que fue esta banda hasta los 90. No me cabe duda de que van a volver a llover palos (más o menos justificados) sobre la figura de Jerry Only y The Misfits , cosa que, a la postre, no hace más que perjudicar la imagen de un grupo que en su origen logró generar un importantísimo impacto en la escena punk gracias a la definición de ese subgénero que posteriormente acabaríamos conociendo como horror-punk.

Poderoso caballero es don dinero.