Siempre que un miembro de alguna banda decide emprender un proyecto en solitario, es inevitable establecer comparaciones con su banda de origen. No es algo totalmente justo, pero es inevitable. En el caso que nos ocupa,
Dave Hause, líder y vocalista de
The Loved Ones, ha publicado su primer trabajo en solitario, uno de los múltiples proyectos paralelos en los que se ha involucrado recientemente. Y no se confunda ‘en solitario’ con ‘acústico’, porque aunque sí, tenga más componente acústico que en su banda de origen, para nada es un disco de ese tipo. Para hacernos una idea de lo que trato de decir, Hause estaría más cerca de la propuesta que realiza
Dan Andriano In The Emergency Room que de la que hace
Chuck Ragan en sus discos en solitario. Es decir, pop-rock bien hecho y claramente influenciado por el punkrock y el punkpop del que han bebido a lo largo de los años.
Una de las cosas que más llama la atención en un principio es el hecho de intentar saber por qué “Resolutions” es un disco en solitario de
Dave Hause. El álbum no es tan diferente de lo que Dave desarrolla en
The Loved Ones y éste bien podría haber sido un disco semiacústico de la banda al completo, ya que, como digo, no se aleja tanto de lo que hicieron, por ejemplo, en el EP “Distractions”. Imagino que motivos habrá para que las cosas hayan sido como son, y las decisiones se hayan tomado como se han tomado… ¿tal vez la intención de
The Loved Ones es volver a un sonido más rápido en el futuro? Veremos. El tiempo lo dirá.
“Resolutions” es un buen disco, aunque de entrada parezca bastante modesto, y con una producción bastante sencilla (lo cual se agradece) que se ajusta en cada momento a las necesidades específicas de cada canción, resaltando en cada momento aquello que mejor funcione, sin ceñirse a unos estándares concretos para todo el álbum. En seguida, y a poco que prestes atención a las letras, podrás apreciar que hay una importante carga emocional en las mismas, plagadas de referencias a situaciones complejas. Esta carga emocional no sólo está presente en el componente lírico, sino que musicalmente te va manejando a través de sensaciones melancólicas, como en “Time Will Tell”, “C’mon Kid”, “Heavy Heart” o “Pray For Tuscon”. También hay espacio para algunos temas más rockeros y animados, como “Resolutions”, “Years From Now” o “Rankers and Rotters”, que te despiertan un poco con respecto a esa marca melancólica que Dave ha imprimido al álbum a modo de hilo conductor.
La impresión general del álbum es que Dave lo ha hecho para él. No ha sido un disco con una gran promoción, ni ha aparecido en demasiados sitios. Su edición ha corrido a cargo de un sello más bien modesto y Dave sólo ha trasladado las canciones al directo en el Revival Tour, lo cual hace que se perciba como algo muy personal. En cualquier caso, no creo que exagere si digo que en este disco hay algunas de las mejores canciones que Hause ha escrito hasta la fecha, lo cual nos hace pensar en cómo será el próximo disco de su banda. Antes sugeríamos la posibilidad de que pudieran volver a un sonido más directo y rápido, como en su primer disco, pero tal vez la otra opción sea continuar una senda más ecléctica, como ya mostrasen en su segundo LP. ¿Será “Resolutions” un ensayo a tal efecto? Sólo nos queda esperar. De momento, creo que los fans de la banda disfrutarán con este álbum, así como aquellos que hayan gozado de
The Gaslight Anthem,
The Horrible Crowes y Dan Andriano en solitario, ya que encontrarán esa especie de pop-rock plagado de referencias al rock americano y al folk, estilos que, por cierto, empastan a la perfección con la voz y la forma de cantar de
Dave Hause. Probablemente, y permítaseme la comparación, este álbum seria para
Dave Hause, lo que
Bad Astronaut fue para Joey Cape.