Que
MxPx son una clara referencia dentro de la escena punkpop de los 90 y 2000 es algo más que evidente. Y si no lo es para ti, ya estás tardando en adentrarte en su discografía que, además de extensa, esconde joyas de lo más explosivas dentro de este tipo de sonido que te ayudarán a comprender por qué
Good Charlotte llegaron a sonar como sonaban en un principio, o por qué
Simple Plan publicó un disco como “No Pads, No Helmets… Just Balls”. Sin
MxPx, es probable que no hubiesen existido. Y es que a lo largo de sus ya 20 años de existencia como grupo,
MxPx han logrado un curioso y digno equilibrio. Han conseguido saltar de forma más o menos comedida al mainstream sin perder un ápice de su identidad como banda, haciendo las cosas muy a su modo, ganando así puntos en cuanto a credibilidad se refiere. Algo que, por otro lado, muy pocos logran.
El disco que nos ocupa esta reseña, “Before Everything and After”, es su séptimo álbum en estudio, su debut con A&M Records (perteneciente al grupo Universal) y el que mejores resultados comerciales ha cosechado hasta la fecha. Su campaña de promoción fue bastante importante, dejando caer algunos de sus temas en películas de Hillary Duff y anuncios de Pepsi en los Estados Unidos, intentando asegurarse así un calado entre el público adolescente más estándar, siendo el disco de su discografía que mejor posición alcanzó en las listas de ventas tras su publicación. Dicho esto, y si no lo has escuchado anteriormente, es probable que estés elaborándote una imagen negativa del álbum, pensando en que pueda ser un pastiche comercial sin sustancia. No lo hagas, este disco no es eso. “Before Everything and After” es un álbum de punkpop realmente bueno. Es cierto que la banda, en este intento, deja un poco de lado la vertiente punk de su sonido, alejándose bastante, por ejemplo, de canciones como “Punk Rawk Show”, y es cierto que es probable que no sea su mejor disco (aunque quizá sí esté entre sus mejores LPs), pero exhibe un nivel bastante más aceptable de lo que pudieras pensar en un principio. Se trata de un álbum mucho más melódico y pausado que sus predecesores, mejor producido y mejor compuesto. Así, pese a que en los compases iniciales puedas sentir el miedo ante lo que parece una debacle, el disco acaba cogiendo enteros y cuerpo con canciones como “Well Adjusted”, “It’s Allright”, “First Day Of The Rest Of Our Lives”, “Everything Sucks”. “Quit Your Life”, “On The Outs”, o la balada “Don’t Walk Away”. El álbum, además, cuenta con un elenco de colaboraciones la mar de interesante, como son Jordan Pundik (de New Found Glory), Benji Madden (De Good Charlotte) y Kris Roe (de The Ataris), gente que, por otro lado, han acabado siendo parte y partícipes de la escena punkpop.
Como ya he mencionado anteriormente, este disco es más pop-rock que otra cosa (muy bien ejecutado y producido, dicho sea de paso), algo similar, que no igual, a lo que hicieran posteriormente
New Found Glory en “Coming Home”, pero eso tampoco debe ser demasiado sorprendente, ya que
MxPx no se han decantado nunca por un sonido exageradamente crudo. Así que podríamos concluir que, en cierto modo, éste álbum supuso un punto de inflexión, tanto para su sonido a nivel de maduración y producción como por la apuesta en sí, intentando llegar a un público más extenso del que habían llegado hasta entonces. Y bueno… publicar un disco así en el momento en que cumplían 10 años como banda, tampoco creo que sea algo reprochable. ¿No crees?