¿Has sentido alguna vez miedo antes de escuchar un disco de uno de los grupos que te gustaban hace unos años? Bien, seguro que sí. Pues ese ha sido mi caso antes de darle al play a “Kids In The Streets”, el nuevo álbum de
The All-American Rejects. No es por compararles con otras bandas, pero todos conocemos casos recientes de grupos que se han echado a perder a cambio de vender un poco más, seguir apareciendo en la MTV y en los posters para niñas, además de permanecer en el candelero de una escena musical que cada día que pasa está un poco mas alienada. Y no, no vamos a recordar de qué grupos estamos hablando. Da lo mismo. En primer lugar, porque este es el espacio para
The All-American Rejects , y en segundo lugar, porque aunque sí, habrá muchos que con este disco les hagan cruz y raya, personalmente no creo que sea tan grave.
Es verdad que quedan lejos los años de “Move Along” o “Dirty Little Secret”, pero a poco que le demos una oportunidad, “Kids In The Street” tiene algunas cosas que ofrecer, algunos momentos que suenan inspirados y que recuerdan, precisamente, a aquellos años. Son escasos pero están ahí, y pese a que el conjunto del disco puede dejarte con un sabor de boca agridulce, esos momentos concretos pueden ser importantes a la hora de no perder la fe de forma definitiva en la banda. Y es que si tomamos como referencia aquel LP, lo que se desprende de esta nueva entrega es un planteamiento totalmente diferente; pero si observamos la trayectoria descrita por el grupo, todo encaja de algún modo, por desconcertante que sea. Por centrarnos en los aspectos más positivos del disco, he de decir que los All-American Rejects de 2012 suenan a una mezcla entre los
My Chemical Romance del “Danger Days…”, a los
Weezer más poperos y a una versión descafeinada de
Motion City Soundtrack , salpicado todo ello de esa (repelente) moda pop-moderna que ha contaminado a un montón de bandas actuales. No quiero sonar exagerado, pero esa es la impresión que me llevo del LP. No es algo necesariamente malo si sabes a lo que te enfrentas. De hecho, personalmente esperaba algo mucho peor (y en este caso es mucho mejor que otros discos de bandas coetáneas), y en ese sentido me he encontrado con cosas que sorprenden, aunque sólo sean por detalles concretos (como en “Kids In The Street”), o incluso con alguna joya como “Gonzo”, que es, sin lugar a dudas, la mejor canción del disco. No obstante he de decir que, igual que
My Chemical Romance exhibieron en su último trabajo una cara más rockera, The All American Rejects han coqueteado con eso mismo en canciones como “Walk Over Me” o “Somebody’s Gone” (que es una de las que recuerdan a
Weezer ). “Affection”, sin embargo, retoma el toque épico, llegando a evocar muy de lejos a bandas como Queen. En cuanto a la producción cabe destacar que ha sido Greg Wells, productor de artistas como Adele o Katy Perry, el encargado de llevarla a cabo, y eso es algo que se percibe por la inocuidad del sonido, si bien es cierto que las composiciones muestran un interesante margen de creatividad en la producción (aunque considero que tienen mucho más potencial del que muestran), pero en esencia suenan muy amigables, nada estridentes y demasiado comedidas, de escucha sencilla e inocente. Algo que hará las delicias de las principales emisoras de radio.
En resumidas cuentas, ya podemos ir olvidándonos de los tiempos de aquel primer disco.
The All-American Rejects han cambiado y se han dejado empapar por la corriente más actual. No me cabe la menor duda de que obtendrán más o menos reconocimiento comercial, pero tampoco me cabe la menor duda de que no volveremos a oír un disco como “Move Along”. Así, mientras a algunos grupos los cambios de este tipo les sientan de maravilla (caso de
My Chemical Romance ), logrando escapar de mil y un clichés con un nivel de originalidad más que aceptable, a otros no les cae tan bien. Ése, por desgracia, sí es el caso de
The All-American Rejects. En cualquier caso, si alguna vez les prestaste atención, no dejes de hacerlo. Quizá te sorpredan.