Aunque las bandas de punkpop más comercial proliferaron como setas durante los 90 y principios de los años 2000, el género no se enriqueció tanto como sí lo hicieran otros estilos, no hubo una evolución o crecimiento artístico destacable. De hecho, la sensación dominante, salvando claras excepciones, era la de estar diluyéndose en estereotipos alimentados desde la propia industria discográfica y aderezados por la imagen ofrecida a través de los “mass media”, que intentaron comercializarlo como si de una mercancía se tratase, tal y como nos demostraron los hechos años más tarde. Así pues,
Over It es una de esas honrosas excepciones que escaparon a aquella vorágine, como así demuestran en “Step Outside Yourself”, un LP que supone su debut discográfico para una multinacional (Virgin Records), pero que mantiene el tipo de una forma más que destacable dadas las circunstancias de aquella época. Un disco con el que se reafirmaron, concretando su sonido, y eso que por aquella época ya llevaban unas cuantas entregas a sus espaldas (concretamente 3 EPs y 3 LPs).
¿Y qué es lo que ofrece este álbum como para considerarlo, probablemente, uno de los mejores de su carrera (si no el mejor)? Pues ofrece inspiración, melodía por encima de todo, variedad, saber hacer y potencia, todo ello ejecutado sin pensar en encajar en ningún molde concreto, por mucho que muchos se empeñasen una y otra vez en decir que su sonido (y sobre todo debido a sus primeras entregas) se encuadra dentro del marco del punkpop; dando como resultado un disco de rock la mar de entretenido y excelentemente producido, con canciones como “Think Against The Grain” (una de las mejores y aue abre el álbum), “Gunslinger”, “Siren on the 101”, “Too Much Information”, “Where The Sky Begins” o “Feels Like Affection”, que nada tienen que envidiar a las bandas que por aquél entonces (año 2006), estaban más de moda. Algunas de las referencias que quizás te vengan a la mente al escuchar este disco pueden ser las de bandas como
Autopilot Off ,
Jimmy Eat World e incluso algún eco lejano a
Yellowcard , aunque al mismo tiempo escucharás también detalles que te recuerden a otros géneros y estilos que le dan ese toque diverso del que hablaba anteriormente, una especie de mezcla que, a día de hoy y seis años después de su publicación, suena tan fresco y actual como el primer día. Cada tema está colocado en el lugar idóneo, respetando una línea general en la producción que contribuye a ofrecer una sensación general muy compacta y cohesionada, que ayuda a comprender el álbum como un todo solido, aunque el LP te vaya transportando por territorios más tranquilos o más agitados según la canción (sí, hay bastante espacio para los medios tiempos).
Por desgracia, y por razones que desconocemos, el grupo lleva sin dar señales de vida desde el año 2008, año en el que publicaron “The Strand”, un último LP de rarezas y temas en acústico que pasó sin pena ni gloria. Es una lástima, cuando lo piensas, que un disco como el que nos ocupa esta reseña no haya tenido algo más de trascendencia, y eso que tuvo el amparo de una gran compañía discográfica que, por aquel entonces, aún no acusaba los efectos de una crisis tan brutal como la que nos sacude estos días. Tal vez su resistencia a ser encajados en ciertos moldes acabó por condenarles. Ya sabemos cómo funciona esto a veces. La cuestión es que muchos los dan ya por separados, y lo cierto es que aunque no existe un comunicado oficial que lo corrobore, todo apunta a que es así, ya que sus miembros formaron
Runner Runner en 2008, una formación que debutó en 2011 con Capitol Records y que se nutre de excomponentes de los propios
Over It y bandas como
Rufio y Don’t Look Down. Una verdadera lástima, porque aunque el término ‘auténtico’ siempre me ha dado respeto utilizarlo, creo que es el mejor para definir a esta banda de California, que probablemente mereció algo más de repercusión de la que en su momento pudo disfrutar. Muy, muy recomendable.