Cuando se habla de 1994 como el gran año del punk-rock noventero siempre se suelen citar grandes discos como el Smash de
The Offspring o el Dookie de
Green Day. Muchos olvidan que ya antes, concretamente el 4 de enero de ese mismo año, salía publicado uno de los discos que hoy es considerado de referencia dentro del hardcore melódico. Trashed es el segundo álbum de
Lagwagon , un trabajo con el que la banda californiana empezaba a hacerse un huequecito en el mundo del punk-rock bajo el amparo de Fat Mike y su, por aquel entonces, incipiente discográfica. Personalmente considero Trashed uno de los discos más sólidos de
Lagwagon , si no el que más, y voy a explicar el por qué.
En conjunto, si echamos la vista atrás,
Lagwagon ha sido un grupo que ha sabido sacar discos bastante diferenciados entre sí, trazando una evolución y una maduración lógica, pero sin perder la esencia de su sonido que, inevitablemente, siempre nos ha evocado a
NOFX. Vimos el culmen de esta maduración en el emotivo Resolve, pero ya antes habían ofrecido pinceladas con Blaze. Tampoco podemos olvidar ese punk de tabla de skate que llegó con Let’s Talk About Feeling y su May 16, o el himno que es Making Friends y que quedó recogido en Double Plaidinum. Es cierto que Duh tiene esa mayor agresividad de sus inicios que también caracteriza a Trashed, pero se nota que era el primero y aún les faltaba pulirse algo más. Quizás a nivel general Hoss es el disco que más se asemeja a Trashed cualitativamente y en cuanto a regularidad, pero la verdad es que resulta difícil decantarse por uno.
La clave de Trashed es que no decae en ningún momento. Muchos de los temas más recordados de la banda están incluidos en él: “Island Of Shame”, “Lazy”, “Know It All”, “Stokin’ The Neighbors”, “Brown Eyed Girl”, “Coffee And Cigarretes”… Cualquiera de ellos es potencialmente un single. Todo el álbum es una descarga de energía, pura velocidad, riffs potentes y ese sonido más contundente y rápido de sus primeros años.
A nivel lírico no vamos a descubrir nada a estas alturas, ya que todo el mundo sabe que
Joey Cape es compositivamente uno de los mejores del género por méritos propios. Me podría detener en “Know It All”, una genial crítica al esnobismo musical, o en “Island Of Shame”, una dolorosa metáfora sobre la homofobia y sus consecuencias, pero lo cierto es que todas las letras valen la pena y merecen ser escuchadas varias veces para captar bien el mensaje.
Si es el mejor de su discografía o no es irrelevante porque con
Lagwagon no hay disco malo, cosa que se agradece. Hay mucho donde elegir, pero quien más y quien menos sabe que Trashed es uno de esos discos redondos sin ningún tema sobrante y que se disfrutan escuchando de principio a fin. Demos gracias a estos reyes del punk melódico por haberlo creado.