Hoy en día, tras esos primeros comienzos virtuosos en la década de los 90 y los precedentes que ya antes daban tumbos por la escena musical americana, existe una fina línea entre el pop-punk y otros géneros como el powerpop o el pop-rock, especialmente cuando nos sentamos a escuchar a una banda nueva a la que podemos encuadrar dentro de este abanico de sonidos. A veces es difícil desprenderse de esta clase de prejuicios y no caer en la crítica fácil. Creemos intuir lo que nos vamos a encontrar casi antes de pararnos a escucharlo. Personalmente cuando descubro alguna banda de este tipo es extraño que llegue a sorprenderme de alguna manera pero, entendido esto, casi siempre me resulta disfrutable si se mantiene en un nivel no demasiado edulcorado y apoperizado.
Con
Summerlin no se ha cumplido ese temor, a pesar de un registro vocal demasiado “poppy” por momentos, pero tampoco ha llegado a aportarme nada nuevo ni original. ¿Es esto algo malo? No necesariamente. En ese sentido el pop-punk nunca ha sido un género de altísimas pretensiones, más bien todo lo contrario, la idea es pasarlo bien y divertirse, hacer melodías pegadizas y agradables que calen en el público juvenil de este tipo de grupos.
"You Can’t Burn Out If You’re Not On Fire" cumple sobradamente con su objetivo. El álbum empieza con un tema de los más poperillos, “Let It Go”, que nos hace entrar en materia, para ir adentrándose en sonidos más pesados que se escuchan en canciones como “Sink or Swim”, “My Old Life Isn`t A Complicate As My Webpage Made”, “How To Spot a Compulsive Liar”, “You Can`t Burn Out If You`re Not On Fire” (una de las mejores, que da además nombre al disco) y, sobre todo, “United Divided”, la más hardcore de todas. En este sentido se nota mucho la influencia de bandas como
Four Year Strong , adalides máximos de ese subgénero intermedio que muchos han bautizado desde hace un tiempo como easycore. Todo esto completado con algo más calmado como “Easy On The Eyes”, una de esas baladas tristes de desamor que en el fondo tanto nos gustan, da como resultado un buen disco de pop-punk.
Summerlin hace honor a su nombre y entra de maravilla ahora que se va acercando el verano. Tampoco necesitamos nada más, ni mensajes profundísimos, ni prodigios técnicos. Esto es lo que es: pop-punk sencillo, un poco ñoño a veces, con bastantes toques easycore y estribillos muy tarareables. La fórmula, no por conocida, deja de funcionar.