Es probable que
Teenage Bottlerocket se estén convirtiéndo en una de esas bandas clásicas y casi de culto sin que ellos mismos lo sepan. Sí, sé que a muchos, a día de hoy, no les parecen nada del otro mundo y que probablemente esto les suene exagerado. “Que si esto ya lo hizo no sé qué banda, que si esto está más visto que Barrio Sésamo, que si esto ya lo inventaron los
Ramones y
Descendents , que si esto ya lo habían hecho algunos de sus miembros en Lillingtons”… Bueno, vale, estoy de acuerdo (al menos en parte), pero esperad de aquí a unos años cuando veamos su discografía en perspectiva. Está claro que
Teenage Bottlerocket no son la quintaesencia de la música moderna (seguramente ni lo pretenden), sé que no han inventado la rueda, ¡pero demonios!... a día de hoy creo que son de los poquísimos que, aun exponiéndose a un público más mayoritario, siguen fieles a su estilo, logrando (al mismo tiempo) incorporar ciertos detalles que les proporcionan el grado justo de variedad que demanda el público para no caer en el aburrimiento. Comodidad para algunos, saber hacer para otros. Así pues, y en pleno 2012, asistimos al alumbramiento de su quinta referencia discográfica (de nuevo en Fat Wreck Chords): un nuevo disco plagado de buenas melodías y riffs acelerados. Demos la bienvenida a “Freak Out!”.
De entrada es importante destacar un aspecto. Existe un evidente bloque del LP (aproximadamente la mitad) que se caracteriza por ser un set más fiero, más al estilo de su predecesor, “They Came From The Shadows”, con riffs más agresivos y melodías más secas, mientras que el otro bloque de canciones es mucho más melódico, más en la onda de “Warning Device”. Tanto es así, que si ahora mismo estuviésemos hablando del disco como se solía hacer en plena época de los LPs de vinilo, bien podríamos construir perfectamente las dos caras del álbum (a poco que nos dejasen alterar el orden de los temas, dicho sea de paso), obteniendo una cara A notablemente más rápida y potente, que estaría bastante diferenciada de la hipotética cara B, bastante más melódica. No obstante, la gracia del tracklist original es que el grupo ha hecho justo lo contrario: lo ha mezclado construyendo un álbum dotado de una sensación de variedad bastante acertada. Así pues, ahí tienes temas como “Freak Out!”, “Headbanger” (tremenda alusión a los metalheads), “In The Pit” y “Necrocomicon”, que claramente recogen el testigo de temas como “Bottlerocket”; incluyendo al mismo tiempo canciones que recuperan ese sentido de la melodía tan característico de
Teenage Bottlerocket , como “Punk House Of Horror”, “Done With Love”, “Maverick”, “Never Gonna Tell You” (con un estribillo y outro realmente memorables), “Radical”, “Summertime” o el corte que cierra este estupendo álbum, “Go With The Flow”, que en ocasiones te transportarán a aquellos momentos en los que escuchaste “Warning Device” y que además son, aunque sean descaradamente más pop, dos de los mejores temas que han escrito la banda en esa vertiente más punkpopera.
Así pues, ¿qué más podemos decir de una banda como
Teenage Bottlerocket en un disco como “Freak Out!”?. A estas alturas a las que estamos, con su quinto álbum en la calle, poco podemos decir que no hayamos dicho. Nos conocemos al dedillo la fórmula del grupo: melodías memorables perfectamente explotadas, canciones que no se andan con rodeos, tanto si son más melódicas como si son más agresivas. En todas ellas la banda sirve 100% a la melodía y al riff, y busca descaradamente el estribillo coreable y pegadizo. Pero no de cualquier forma y nunca a cualquier precio, sino de un modo que suena hasta elegante. Se ve a la legua cuales son las influencias que tejen su sonido, conocemos bien dónde están las fuentes de las que beben, pero pocos son los que logran un resultado así. Pocos saben explotar esos recursos logrando un sonido que les identifique como banda y no como clon. Tengo la impresión de que aunque todo lo que hace este grupo suena casual, en realidad está bastante más elaborado de lo que pueda parecer. En resumen: otro disco incontestable.