Han pasado 8 años desde que dos líderes de dos de las bandas más importantes de la escena punkrock californiana publicasen su primer disco compartido en acústico. Sí, estamos hablando de
Joey Cape (
Lagwagon ) y
Tony Sly (
No Use For A Name ), y en cierto modo casi podemos considerarles (junto a otros) como pioneros de esta especie de nueva moda en la que artistas vinculados al punkrock deciden, en un momento dado de su carrera, colgarse una guitarra acústica, ponerse una camisa de cuadros (entiéndase la broma), y dejarse empapar por otro tipo de sonidos mucho más reposados de lo que vienen haciendo en sus bandas de origen. Así, a esta especie de movimiento (o como decía, moda) se han ido incorporando en los últimos años, aunque algunos empezaron incluso antes, gente como
Greg Graffin (
Bad Religion ),
Chuck Ragan (
Hot Water Music ),
Dustin Kensrue (
Thrice ), Matt Skiba (
Alkaline Trio ), Kevin Seconds (
7 seconds ), Dan Andriano (
Alkaline Trio ),
Dave Hause (
The Loved Ones ) o Brendan Kelly (
The Lawrence Arms ), entre otros muchos que seguro me dejo en el tintero. Parece como si fuera algo natural el olvidarse por un tiempo de la velocidad y la distorsión para explorar otras texturas y formas de interpretar su música.
Pero volviendo al disco que nos ocupa, tenemos ante nosotros una especie de segunda parte de lo que en su momento fue el primer LP compartido de
Joey Cape y
Tony Sly. Se trata de “Acoustic Volume 2”, un álbum en el que tanto Cape como Sly efectúan una revisión de algunos de los temas más clásicos de sus respectivas bandas, ofreciendo un nuevo enfoque de las mismas, dándoles un toque bastante fresco a canciones que probablemente más de uno tengamos muy trilladas. En este sentido,
Joey Cape parece desenvolverse con mayor soltura. Aunque cualitativamente considero que las composiciones seleccionadas por Sly son mejores que las incluidas por Cape (o al menos a mí me gustan más), creo que éste último ha sabido tratar mejor el modo de arreglarlas y reinterpretarlas bajo un prisma acústico. No es que haya grandísimas diferencias en el modo en que uno y otro realizan las adaptaciones y enfocan las canciones, porque de hecho, el álbum guarda una cohesión bastante remarcable, pero sí es cierto que existen ciertas diferencias que reflejan la personalidad de cada uno de sus autores, y en ese sentido creo que
Joey Cape se desenvuelve algo mejor que su amigo
Tony Sly.
Una de las cosas que me gustan de este tipo de discos, al margen de la experiencia de escuchar algunas canciones que ya conoces desde un punto de vista totalmente diferente al que estabas acostumbrado, es que en ellos se descubre la verdadera calidad compositiva de sus autores. Y viene a corroborar que una buena canción lo es por muchas vueltas que le des. Si una melodía nace de donde debe nacer, al margen de etiquetas, artificios y talibanismos musicales, siempre será una gran canción y aceptará un amplio abanico de enfoques. “Acoustic Volume 2” es, como ya lo fue la primera entrega, un claro ejemplo de ello y un claro ejemplo de madurez. Porque en este nuevo modo de re-enfocar viejas canciones, se aprecian con claridad las inquietudes e influencias que, a día de hoy, muy probablemente empapen los gustos musicales de sus autores.
En definitiva, y aunque en cierto modo resulte obvio que este tipo de discos, viniendo de quien vienen, estén especialmente enfocados a los fans de sus bandas de origen, no están exentos de ser descubiertos por gente que, aunque no tengan interés en
Lagwagon o
No Use For A Name , sí puedan descubrir estas canciones (y ¿por qué no?, a las propias bandas) gracias a un disco como este. “Acoustic Volume 2” es un muy buen disco en acústico, mejor tratado, arreglado y concebido que su predecesor. Un auténtico viaje al pasado que, a buen seguro, te proporcionará más de un momento de nostalgia.