“Handwritten” es la obra maestra de
The Gaslight Anthem. Así de simple y sencillo, por mucho que pueda sonar exagerado o incluso un tópico a estas alturas dados los comentarios positivos generalizados hacia esta banda. No, nada de eso. Éste álbum es, de algún modo, esa especie de fantasma que nos rondaba a todos en la cabeza cada vez que
The Gaslight Anthem lanzaba un disco en años anteriores. Éste disco es la culminación de esa sensación de que algo grande estaba aguardándonos a la vuelta de la esquina. Algo que, francamente, parecía complicado de alcanzar tras la publicación de álbumes tan sublimes como “The ’59 Sound”, “American Slang” o “Elsie”, el disco debut del proyecto paralelo
The Horrible Crowes. Sin embargo,
Brian Fallon y sus chicos han logrado componer un LP que, si no logra un cierto nivel de impacto a nivel internacional, es que algo falla de verdad en este mundillo, porque es imposible que a nadie que se considere amante de la música pueda no gustarle este disco.
De alguna manera, Fallon ya desveló la clave de “Handwritten”, o mejor dicho: el origen o catalizador de las melodías que guarda el álbum, y eso se encuentra en “Elsie”. Brian confesó en su día su aburrimiento tras la publicación de “American Slang”, necesitaban un cambio, un nuevo enfoque quizá, y se fue a explorarlo con
The Horrible Crowes, experimentando con texturas más oscuras, tempos más relajados e influencias más amplias. Así, al volver a Gaslight Anthem, algo había cambiado. Como una especie de interruptor o bombilla que se enciende con cualquier pequeño detalle, algo que a buen seguro ha contribuido de forma determinante al modo en que se han aproximado a estas nuevas composiciones. El resultado no puede ser mejor. “Handwritten” acaba de perfeccionar la fórmula que la banda ha venido desarrollando a lo largo de casi 5 años, amplifica todo aquello que han ido mostrando y ofreciendo en cada LP, expandiéndolo hacia un horizonte que les coloca como unos auténticos maestros. Y no ya tanto por la originalidad del resultado, sino por la destreza a la hora de elaborarlo. Por si esto no fuera poco, en “Handwritten” nos encontramos de bruces con la mejor interpretación vocal de
Brian Fallon hasta la fecha, con las mejores letras que ha compuesto hasta el momento, y con una sinceridad que, si bien es algo que ha caracterizado siempre a su música, en esta entrega es casi sangrante. Ahí tienes canciones como “45”, “Mae”, “Too Much Blood” (con un estribillo que eriza la piel), “Handwritten”, “National Anthem” y todos y cada uno de los cortes que componen este álbum. Sin excepción, por la emoción que desprenden, por la sinceridad y la autenticidad de cada riff, estribillo o verso compuesto.
No obstante, y aunque no se trata aquí de buscar el detalle que empañe la cuasi-perfección del disco, hay algo que se echa de menos por haber sido hasta ahora una seña de identidad de la banda. Y es que “Handwritten” quizá peca de limpieza sonora. Si hay algo que siempre se ha comentado de este grupo es el bendito equilibrio entre la voz desgarrada de
Brian Fallon y el deje punkrockero que destilaban sus canciones junto a una vertiente mucho más rockera y melódica. Esa combinación era una de las claves que han convertido a Gaslight Anthem en lo que son ahora. Es verdad que de algún modo, hay ocasiones en las que aún sigue presente, pero el grupo ha reventado sus propios límites, esos que definen la forma de algo, perdiendo en ello una pizca de su propia identidad. De ello, probablemente y en parte, sea culpable Brendan O’Brien, productor del disco y de artistas como Bruce Springsteen. Aún con todo, no es necesario alarmarse. Es un sacrificio digno de realizar si el resultado es como el que tenemos en nuestras manos. No puedes crecer sin querer dejar de usar esa vieja ropa que tanto te gusta. Y precisamente eso es lo que está ocurriendo en este disco: la materialización de una evolución espectacular ante el riesgo que hubiera supuesto no hacerlo y continuar con lo mismo por enésima vez. Me parece una decisión valiente. Bien por ellos.