Cuando en diciembre de 2011
The Maine decepcionaron a sus fans de (literalmente) medio mundo por no hacer accesible a Europa su nuevo LP,“Pioneer”, pocos imaginaron que la banda iba a resarcirles 8 meses después con una reedición que, a modo de disculpa, incluye 6 nuevos temas inéditos hasta el momento. Y mucho menos podíamos imaginar algo así en plena época digital, en la que los discos van que vuelan por la red de redes y la gente comparte y comparte sin medida. Pero aún con todo, el grupo se ha salido con la suya, y a través de Rude Records no solo re-edita “Pioneer” en el continente Europeo, sino que lo reconvierte en “Pioneer and the Good Love”, extendiéndolo a 19 temas e incorporando nuevo artwork para la ocasión (más artístico y acertado que la primera edición, a decir verdad).
Poco vamos a poder descubrir a estas alturas sobre este disco, y mucho menos a los que sigan al grupo desde hace tiempo. Los temas que ya fueron publicados hace un tiempo siguen intactos; aunque los nuevos siguen la estela de lo que hicieron con los primeros, de algún modo. No obstante, no se ha regrabado nada, ni remasterizado ni remezclado. La obra sigue tal cual, con sus virtudes y sus defectos. ¿Cuáles son sus virtudes?, las de un grupo que sabemos que cuenta con una serie de influencias interesantes pero que, probablemente, por exigencias del guion (y esto podríamos considerarlo un defecto), las camufla de pop-rock y punk-pop. Esto no es algo excesivamente negativo, porque no hay nada más agradable que toparse con buen pop-rock, pero nos deja con una desazón importante al intuir que la cosa sonaría mucho mejor si tirasen más por derroteros como los que muestran en “Identify” (el mejor corte del disco con diferencia), o en “Misery”, que con un toque más agresivo ganaría muchos enteros, y no cuando lo hacen por caminos como los de “Some Days” (que con una melodía de tintes ‘weezers’ como la que muestra en el estribillo, bien podrían haberle sacado un mejor partido), por poner un ejemplo,. Dicho de otro modo: sí, por desgracia caen en el estereotipo de grupo joven que encandila a las chicas que rondan la pubertad. Y esto, por desgracia, hace que muchos sientan escalofríos ante la idea de acercarse si quiera, ni por despiste, a escuchar algo de este grupo.
Pero alejándonos un poco de todo esto, y por aquello de intentar rescatar lo más positivo, me quedo con lo que he mencionado un poco más arriba: con esas interesantes influencias que muestran con grandísima timidez muy de cuando en cuando y con ese intento por recuperar algo de lo que hicieron hace años en los seis nuevos temas. Así, me gusta el color de la voz de su vocalista, que de forma remota me trae a la memoria al gran Terry Abbot de
Vex Red , hasta los toques y miradas de reojo lejanas que echan a bandas como
Weezer en sus últimos trabajos, como ocurre en algunos estribillos o secciones concretas de algunas canciones. En cuanto a las similitudes con bandas más actuales, no podemos dejar de mencionar a bandas como
The All-American Rejects o Panic At The Disco, entre otros grupos de esa hornada, por poner un ejemplo.
En resumen, y teniendo en cuenta sus trabajos anteriores (que tampoco es que sean una revelación), este tipo de álbumes, igual que ocurre con otras bandas, son algo que acabas temiendo o esperando, depende de tus gustos. Y aunque como decía, mantienen guiños a su pasado y hacia influencias realmente interesantes (especialmente en las 6 nuevas canciones, que bien mejoran al resto del disco), no podemos dejar de pensar que este tipo de publicaciones tiene un marcado carácter comercial en el sentido de satisfacer unas necesidades concretas que tienen que ver con el consumo de un estilo que se ha convertido en mera mercancía para adolescentes. ¿Respetable? Por supuesto, allá cada cual con su música y su proyección, pero tienen talento para mucho más de lo que muestran. La pregunta que yo me hago, y la más trascendente es… ¿se enfadarán ahora los fans americanos?