Después de dos años desde su anterior publicación,
Allister , naturales de Chicago, están de vuelta con “Life Behing Machines”, un nuevo trabajo discográfico que, como viene siendo habitual en este grupo, ve la luz meses antes en Japón que en el resto del mundo, sin apenas repercusión en Europa o su propio país de origen (o incluso antes de que su salida en el resto de países sea siquiera anunciada). De hecho, éste es el segundo LP de la banda que ve la luz en el país nipón antes que en el resto del planeta. Y no es éste un hecho aislado, ya que bandas como
Better Luck Next Time han hecho cosas similares con sus respectivos trabajos. Habría que preguntarse qué es lo que falla en el momento en que un grupo tiene que hacer las maletas y hacer del extranjero su patria para poder ser escuchado. ¿Será el menosprecio por lo autóctono? ¿La sobre-exposición local de determinados géneros en según qué territorios? ¿ignorancia? ¿diferencias culturales?... ¿desinterés total por las grandes compañías a nivel occidental? Probablemente una mezcla de todo ello. Pero no es este el sitio para sacar conclusiones al respecto.
La cuestión, lo verdaderamente importante, es que la banda acaba de lanzar al mercado un nuevo disco de estudio que, tras la publicación de “Countdown To Nowhere” (2010) después de haber estado separados durante 5 años, supone una especie de test para ver si el regreso protagonizado en 2010 iba totalmente en serio y con intención de ser duradero en el tiempo. Y lo cierto es que, tras haberle dedicado unas cuantas escuchas, todo parece indicar que sí, que el grupo pretende seguir facturando esa especie de punkpop que tan bien les lleva saliendo desde hace años. No obstante, hay que señalar que en esta nueva entrega se aprecian algunos detalles que, de forma muy sutil, apuntan hacia otros estilos. De todos modos, da la impresión que más que querer destapar nuevas direcciones, han sido empleados como recursos estilísticos que otra cosa, y en cierto modo se agradece, ya que dotan al conjunto de ese toque de variedad que te mantiene con la atención constante. Algún ejemplo de esto, sería ese toque
Reel Big Fish en “A Thousand Miles Away” gracias a la inclusión de trompetas en algunas partes de la canción; El enfoque cabaretero de los primeros compases de “Stuck Powered On”, o el toque más comercial en “Drive” (el corte más flojo del disco, con diferencia), que en su parte inicial cuenta con la presencia de algunos efectos electrónicos más propios de bandas como
All Time Low. Detalles más bien anecdóticos en un disco plagado de auténticos pildorazos punkpop como la pegadiza y veraniega “Haley”, “5 Years”, “Pretty Damn Close”, “Something Better” y “Live Fast, Die Youg” (uno de los mejores temas junto a “Haley” y “5 Years”), por poner algunos ejemplos (eso sin mencionar la versión de Little Eva, "The Loco-Motion").
La verdad es que “Life Behind Machines” ha llegado como por sorpresa, con contundencia. No es que vaya a ser la quintaesencia del punkpop, pero es uno de esos discos-testimonio de que el estilo sigue vivo no sólo en el corazón de los aficionados al género, sino en la mente de muchas de las bandas que participaron en aquella época en la que el género explotó en el mainstream, como es el caso de
Allister que deciden recordarnos lo que es y cómo suena este tipo de música. Y sí, aunque incluyan elementos que se salgan de lo que fue en aquel momento, siguen manteniendo el mismo rumbo, al contrario de lo que muchas otras bandas (y especialmente sellos) han hecho en los últimos 5 años. Bien por ellos.