Un nuevo disco de
Silverstein. Y ya van unos cuantos. Es de admirar la constancia y el entusiasmo que ponen en su música, sabiendo moverse siempre en esas tesituras entre el post-hardcore y el rock más comercial con una consistencia pasmosa. Gran parte de la culpa recae, como siempre, en el juego vocal de Shane Told, cuya facilidad para alternar orgánicamente el grito y la melodía sigue siendo impecable y destacable entre la gran multitud de vocalistas que tratan de conseguirlo dentro de este subgénero.
This Is How The Wind Shifts continúa en una senda ya conocida, un trabajo no alejado de lo ya escuchado, pero, me atrevería a decir, que bastante más sólido que su antecesor Rescue. Sin duda, la idea de crear un álbum conceptual, ya explotada con anterioridad en A Shipwreck In The Sand, ha vuelto a darles un resultado tremendamente efectivo. Quizás en el sentido de contar una historia, ha sido mucho más coherente incluir las canciones cortas “This Is How”, “Arrivals” (compuesta e interpretada por su nuevo guitarrista, Paul Marc Rousseau) y “The Wind Shifts”, y no perderse en puentes instrumentales más complejos que podrían haber restado continuidad al álbum.
A pesar de que el grupo sigue fiel a su sonido, hay que reconocer su evidente intención creativa en un tema como “In A Place Of Solace”, que marca uno de los momentos más interesantes del disco, aunque sólo sea por la diferencia que ofrece. Aún así, es bastante obvio que el continuismo es la línea a seguir por esta banda. Canciones como “Stand Amid The Roar”, la pegadiza “Massachusetts”, “A Better Place”, “In Silent Seas We Drown” o “California” dan prueba de ello, trufadas con ese aspecto tan sumamente lírico y emotivo que podemos encontrar en baladas como “To Live And To Lose”.
Las letras vuelven a ser lo mismo de siempre, aunque orientadas hacia el mensaje alrededor del cuál se estructuran todas las canciones. El “y si…” del que hablaba Shane Told al referirse al concepto del disco, que viene un poco a aglutinar todas esas situaciones o decisiones que, aunque sean tan pequeñas que parecen irrelevantes, pueden provocar grandes cambios en nuestra vida. De esto y de las diferentes formas que tenemos de afrontarlo es de lo que habla This Is How The Wind Shifts.
En resumen, está claro que si nunca te han gustado
Silverstein o si te acercaste a ellos por el ejercicio de frescura que supusieron las covers de “Short Songs”, este álbum no generará mayor interés en ti. Por el contrario, si eres fan de la banda desde sus inicios y has disfrutado uno tras otro de cada nuevo lanzamiento, éste no se quedará atrás. Los canadienses continúan dando guerra, sin despegarse del guión establecido, creando melodías como pocos son capaces dentro del, tan viciado y a menudo tristemente predecible, post-hardcore norteamericano.