Aunque
Something Corporate no hayan gozado del reconocimiento del que sí han gozado otras bandas más recientemente (probablemente con algo menos de tiento), siguen ocupando un lugar muy especial en recuerdo y en el corazón de todos aquellos que vivimos el punkpop de principios de los años 2000. Probablemente algunos les tengan como algo mucho más cercano al pop o al powerpop que al punkpop… pero en cualquier caso, y al margen de etiquetas, podríamos considerarles casi unos pioneros en esto de mezclar descaradamente el pop-rock con el punk-pop de la época, claro que por aquel entonces la cosa no estaba contaminada de la electrónica cansina que lo ha invadido todo hoy en día. Sea como fuere, una de las cosas verdaderamente interesantes de esta banda, puesta hoy en perspectiva, es poder compararla con lo que Andrew McMahon hacía antes de Jack’s Mannequin, entre otras cosas. Veamos cuales.
La cuestión es que, en cierto modo,
Something Corporate desprende cierta bipolaridad. Mientras que por un lado podríamos considerarla como una de esas bandas clave en la concepción del sonido del punkpop de los años 2000, por otro incorpora ciertos elementos que la diferencian notablemente de lo que, de forma casi popular, consideramos como punkpop. Seguramente todo tenga que ver con Andrew McMahon, frontman, vocalista y compositor principal de la banda, quien incorpora influencias muy diversas en torno a un núcleo muy concreto, generando un paisaje sonoro fácilmente identificable y que de algún modo exportaría más tarde a su otro proyecto, Jack’s Mannequin, convirtiéndolo ya en su seña personal. Así, si quisiéramos resumir la esencia de una banda como esta en un disco como “Leaving Through The Window”, podríamos mencionar los riffs, las letras y la combinación de las secciones más potentes con el omnipresente sonido del piano. Un piano que, si se nos permite la expresión, es tratado con cierta perspectiva punk en cuanto a aproximación compositiva se refiere, empleado para crear un sonido que, si bien nos suena realmente original y diferente, logra un nivel de coherencia y empaste impresionante. Como referencia tenemos un buen puñado de canciones, como es el caso de “I Want To Save You”, “Punk Rock Princess”, “If You C Jordan”, “Hurricane” o “Drunk Girl” entre otras. Ejemplos inmejorables de cómo mezclar la sensibilidad pop, entendida en el sentido más clásico del género (y no pensando en el pastiche comercial que hoy se entiende como pop), con el punkpop y el rock sin perder ni un ápice de la intención ni la coherencia. O baladas como “Cavanaugh Park”, que reproducen ese sonido tan característico de las composiciones de McMahon y que posteriormente se convertiría ya en una seña de identidad muy personal.
La realidad es que
Something Corporate no llegaron a asaltar las ondas como quizá hubiesen merecido. Pero en parte eso es una ventaja, ya que discos como el que nos ocupa esta reseña se nos revelan casi como un pequeño tesoro que descubrir, nada sobreexpuesto al público, pero guardián de grandes composiciones y melodías, letras inteligentes y con sentido. Un disco que supone el resumen perfecto de la propuesta de la banda, que es capaz de mostrarse tan sutil como en “Cavanaugh Park” o tan contundente como en “Drunk Girl”. Nunca es tarde para descubrir o redescubrir a
Something Corporate.