Que bandas como Uzzhuaïa no obtengan un mayor reconocimiento y difusión en nuestro país es de juzgado de guardia. Cuando un estado como el nuestro goza de unas bandas que nada tienen que envidiar a los mejores grupos de su género a nivel internacional y, sin embargo, se pasa de ellos olímpicamente en los medios masivos de comunicación, es que algo deberíamos hacernos mirar, y además con urgencia. Que las principales emisoras de radio y las grandes compañías discográficas de nuestro país sigan empeñadas en vendernos una moto que consta de cuatro cursis pelagatos que no aportan más que mojigatería, absurdez y vacío al panorama musical existiendo el talento que existe en el estrato undergrownd, es para pegarles fuego a todos, sin contemplaciones. Y no valen las excusas, porque ya sabemos que sólo venden lo que les interesa vender: parafernalia barata que ni haga pensar ni aporte nada relevante, no vaya a ser que la gente empiece a tener inquietudes musicales y se interese por lo que ellos no venden y no pueden explotar… Es decir, no sea que vayan a perder definitivamente el escaso control que les queda sobre la industria.

Y claro, mientras tanto, discos como “Santos & Diablos”, el nuevo trabajo de Uzzhuaïa, pasará como siempre sin pena ni gloria ante la mayoría de la gente (ojalá no sea así), algo totalmente injusto viniendo de una banda cuyos últimos 3 discos son de escándalo, una exhibición de gusto y saber hacer en el terreno del rock/hard rock que no debería pasar desapercibido para cualquiera que se haga llamar rockero o, al menos, le interese este tipo de bandas. ¿Y por qué? Pues porque este grupo, que lleva ya la friolera de 10 años en activo, puede compararse sin miedo a bandas como The Cult o Scorpions, pero cantando en castellano. Algo tendrán cuando en su proyecto de crowdfunding, emprendido a través de Verkami, consiguieron doblar la cantidad que esperaban recaudar, y todo ello, repito, sin grandes campañas de promoción o publicidad. Y claro, la banda, que de por sí no falla, en esta ocasión no podía permitirse el lujo de desfallecer ni un segundo ante la confianza depositada en ellos por parte de sus fans, como así demuestran en esta entrega, un discazo de rock que podría servir sin ningún tipo de remilgos como referencia para otras bandas. En “Santos & Diablos”, el grupo ha empaquetado 12 canciones redondas, derrochando riffs por cada rincón del álbum, dejando caer solos por aquí y por allá y sobre todo aportando unas letras encajadas a la perfección, algo que, recordemos, es muy complicado conseguir en castellano. Podrás comprobarlo ya desde el comienzo del álbum en cortes como “Una Historia Que Contar”, “Fugitivos” o “Santos y Diablos”, la triada que abre el LP, que vuelve a demostrar que en esto de ofrecer riffs contundentes y estribillazos de hard-rock, Uzzhuaïa no son unos novatos. Pero ese mismo espíritu que marcan ya desde el inicio se extiende a lo largo de todo el disco, arrastrando el poso de bar de carretera en todos los temas del álbum (muy sleaze en algunos momentos), acentuándolo aquí y allá, como en “El Solitario” o “A un Millón de Años Luz”, dejando caer entre medias canciones como “El Resplandor”, una canción increíble que rebosa ecos grunge por cada uno de sus poros. Es decir, que también encontramos cortes que, jugando con los medios tiempos, destilan una sensibilidad más que notable.

Es cierto que las canciones que guarda este LP tienen la complicada tarea de luchar con las que la banda publicó en discos como “Destino Perdición”, por poner un ejemplo, porque el grupo ya tiene su propio listón muy alto. Pero esta nueva entrega tiene un potencial tremendo para convertirse en uno de sus mejores discos, como ya ocurrió con “13 Veces Por Minuto”. Quizá sea demasiado pronto para emitir un juicio demasiado tajante, y en ese sentido el tiempo pondrá a cada disco en su sitio. No obstante, aprovechemos para reivindicar a una banda que, con el aval que supone una discografía y una actitud intachables, debería gozar de un mayor reconocimiento del que goza.