Si cuando escuches por primera vez la voz de Kelly Ogde, la vocalista y bajista de
The Dollyrots , no caes rendido a sus pies, es que hace tiempo que por tus venas no corre más que horchata. No es que sea un portento como vocalista, pero tiene gracia, talento y engancha. Pero
The Dollyrots no son sólo su frontwoman, aunque ella es en gran parte responsable de que la banda suene como suena y tenga el carácter que tiene.
The Dollyrots son mucho más que eso, son una banda de punkpop fresco, divertido y optimista. El grupo lleva en esto la friolera de 13 años (pero no sería hasta 2004 cuando publicarían su primer disco), pese a que en sus inicios poseían otro nombre, y aunque durante todo este tiempo la banda ha experimentado algún cambio en su formación en el puesto de batería, pero el núcleo de la banda siempre ha estado compuesto por Kelly Ogden y Luis Cabezas. Quizá, y si has estado avispado o avispada en los últimos años, te hayas percatado de que la banda ha estado de gira con
Bowling For Soup en alguna que otra ocasión…
El disco, titulado “
The Dollyrots ”, fue producido por John Fields, quien ha trabajado con grupos como
Jimmy Eat World ,
All Time Low o
American Hi-Fi entre otros, y nos presenta un punkpop bastante dulzón anclado en la escuela ramone, pero pasado por el filtro del punkpop más comercial de finales de los 90 y principios de los 2000, empaquetando melodías más pegajosas que el propio chicle (escucha “I Wanna Go” o “Hyperactive” e intenta no volver a ponértela nunca más… si puedes), y con un carácter juguetón que casi coquetea con el oyente y que hace que te mantengas concentrado en tus auriculares desde el preciso momento en el que le das al play. En algunos casos, la banda traspasa descaradamente la frontera del pop más comercial, casi como dando volantazos, pero lo pegadizo y lo original de las melodías junto a una producción realizada con mucha cautela en este aspecto y con un gusto notable, hacen que ese cruce de frontera sea algo hasta interesante. Se percibe que, por mucho que la banda haya adornado algunos temas a base de producción, éstos poseen un esqueleto bien sólido, y casi podríamos asegurar que el 90% de los temas nacieron de una guitarra y una línea de voz. Es algo que queda casi demostrado cuando algunos temas como “Starting Over” (que tiene su propia respuesta e “Starting Over Again”, unas cuantas pistas más adelante, en un curioso juego de reconstruir la misma canción desde dos puntos de vista diferentes) arrancan con secciones más agresivas que lo que en un principio, quizá, el propio tema sugería. Y lo que demuestran con ello es que podrían tanto hacer un disco de pop comercial al 100% como un disco de punkrock puro y duro, a lo Distillers o
Hole. Pero resulta que en el extraño equilibrio que nos ofrecen está la virtud y la originalidad de esta banda. Y si a eso le sumamos, como decíamos al inicio, el espíritu optimista, la cosa acaba perfilándose como lo que es: un disco de glorioso punkpop, fresco y divertido con interesantes vistazos a los años 90.
Y a poco que prestes atención te darás cuenta de que hay jugosas influencias en el sonido del grupo. Así, a los ya mencionados Distillers y
Hole , podríamos añadir ecos mucho más evidentes a bandas como
Motion City Soundtrack ,
Weezer o Weathus, como podrás comprobar especialmente en cortes como “Satellite”, la ya mencionada “I Wanna Go” o “Twist Me To The Left”, todo ello llevado a un terreno exageradamente optimista y jovial, descaradamente pop. Exhultante, exhuberante y desenfadado, diría yo, configurando un cocktail explosivo del que no podrás escapar. “
The Dollyrots ” nos sorprende como un disco sin complejos y desinhibido, de estribillos grandiosos, arraigado en la cultura musical del pop de los noventa, pero con los pies puestos en el punkrock de la misma época. Sin prejuicios, sin vergüenza y sin miedo.