Trece años de música dan para mucho y, por si seis álbums de estudio no fuesen suficientes,
Rise Against ha hecho lo que se le pide a toda banda tras una carrera más o menos estable a través de los años: sacar un disco de caras B. Long Forgotten Songs son, efectivamente, canciones que sería triste que hubiesen quedado olvidadas, 26 en total, con versiones acústicas, covers, rarezas e incluso un tema que sorprende ver incluido por ser ampliamente conocido (nos referimos a “Give It All”), pero con sonido en vivo y algo más crudo que en Siren Song Of The Counter Culture.
Muchas de las canciones han sido recuperadas de sus primeros años, como es el caso de “Gethsemane” y “Join The Ranks”, dos bonus tracks incluidos en la remasterización de su primer trabajo, The Unraveling (que aprovecho para reivindicar); o “Everchanging”, también del mismo álbum, aquí con un toque acústico que la sitúa entre lo mejor de Long Forgotten Songs. Tenemos otras como “Generation Lost”, “Obstructed View” y “But Tonight We Danced”, que reconoceréis si sois fieles seguidores de la banda; o semi-desconocidas como “Dirt And Roses” y, sobre todo, “Death Blossoms”. Esta última, que aún no había tenido la suerte de escuchar, me ha dejado un gran sabor de boca gracias a que Tim decide romper la voz como en los viejos tiempos. Más de esto, por favor.
Personalmente siempre he sentido debilidad por las buenas covers de punk y remarco lo de buenas porque, dependiendo de cuál sea la canción de base, podemos asistir a verdaderas masacres. Aquí tenemos unas cuantas, con resultados más o menos aceptables. “Sliver” (de Nirvana) o “Minor Threat” quedan bastante desdibujadas, simplemente porque es tremendamente complicado versionar a bandas de tantísimo calado y ofrecer algo nuevo. Algo parecido pasa con “Nervous Breakdown” de
Black Flag, aunque han querido ser fieles a la original y eso funciona muy bien por su potencia. Por otro lado, “Blind” (Face to Face), “Any Way You Want It” (tema de Journey que es fácil de mejorar para un grupo como Rise Against) y “Little Boxes” (una delicia folk de Malvina Reynolds que fue sintonía de la serie Weeds) son definitivamente superiores a las originales. Incluso se permiten el lujo de versionar a genios como Bob Dylan y Bruce Springsteen, aunque, eso sí, con acierto dispar.
Hablamos de un disco con cosas interesantes y que suena totalmente a
Rise Against, demostrando lo prolíficos que pueden llegar a ser como grupo al haber descartado composiciones que bien podrían haber encajado en alguno de sus anteriores trabajos. Lo malo es que se nota una preocupante deriva en canciones como “Historia Calamitatum” o “Lanterns”, mucho más planas y con poca fuerza. Curiosamente, son temas que pertenecen a su época más reciente (Appeal To Reason y Endgame), lo que no hace sino incrementar mis dudas frente a los futuros discos de la banda. Aún así es una buena colección, sin nada extraordinario, pero válida para cualquier fan de
Rise Against que se precie.