Quien haya seguido un poco la carrera de
Taking Back Sunday sabrá que el grupo ha atravesado por múltiples cambios, sobre todo desde su glorioso primer álbum Tell All Your Friends. Cambios de formación (John Nolan y Cooper se marcharon para formar Straylight Run y años después Fred Mascherino hizo lo mismo para centrarse en
The Color Fred ), pero también de discográfica (en 2006 firmaron con Warner). Un largo camino desde aquellos inicios en la escena emo que triunfaba a finales de los 90 y principios de siglo con otras bandas como
Brand New o
The Get Up Kids , que ha venido a desembocar en una especie de puente con el pasado. Si el disco anterior ya había supuesto el reencuentro de la formación original, con Happiness Is dan el paso definitivo volviendo a un sello independiente al fichar por Hopeless Records.
Tras haberlo escuchado, el movimiento se nos antoja inteligente, quizás en la búsqueda de una mayor libertad compositiva, enlazando con sus primeros años. Se percibe mayor cohesión e identidad que en su álbum homónimo, como si las canciones hubiesen surgido de forma mucho más natural, aunque es importante destacar que hay un poso de madurez en el disco, fruto de los diferentes caminos tomados por sus integrantes que, tras reunirse, han vuelto a ser los mismos pero distintos. Me explico. Tras tantísimos años separados es lógico que no sean las mismas personas que empezaron en el mundillo, que hayan evolucionado como músicos y que, por tanto, no suenen igual. Así que no, esto no es otro Tell All Your Friends, no podría serlo ya que responde a un momento vital completamente diferente, pero caeríamos en un error si nos basáramos en esta comparación para juzgarlo.
Hay detalles muy interesantes, temas que nos traen reminiscencias de Tell All Your Friends, Where You Want To Be y Louder Now (sin duda, la mejor época de la banda). “Preface” pone las bases con esa intro de violín y piano y da paso a “Flicker, Fade”, una canción con mucha energía que crece con el paso de los segundos (aunque tal vez ambas podrían haberse fundido en una). El comienzo augura algo bueno y se van sucediendo otros temas para confirmarlo: “Stood A Chance”, “Beat Up Car”, la emotiva “Better Homes and Gardens” o “They Don’t Have Any Friends”, recordando bastante por momentos a sus inicios. Lamentablemente, al final el nivel decae y quizás hay un abuso de partes lentas que le restan algo de potencia, pero es de justicia decir que parecen haberse encontrado a sí mismos. Al menos, un poquito.
Básicamente, la percepción final de Happiness Is es de nostalgia. Sobre todo si has sido fan de la banda desde hace tiempo y echabas de menos la calidad de sus primeros trabajos. Es inevitable que en muchas melodías te sorprendas pensando en ese ya mencionado trío de discos geniales, aunque eso sí, con más claridad vocal y menos gritos por parte de Adam Lazzara. La felicidad, en este caso, será saber si esto tendrá continuidad y si estaremos ante una nueva y fructífera etapa con todos juntos otra vez. Veremos, aunque como punto de partida no está nada mal.